viernes, 18 de mayo de 2007

VC en el 2007

Existe una raza, derivación del género humano mas bien, que no está registrada como tal en ningún libro, ensayo, o artículo de biodiversidad o evolución: la vieja culiá (de ahora en adelante VC).

Según añosos estudiosos, la VC tiene sus primeras manifestaciones reconocibles en el siglo XV, en pleno medioevo europeo. En América, para los tiempos del descubrimiento y conquista también hay registradas algunas apariciones, focalizadas principalmente en la zona que hoy es Chile; estas se acrecentaron con el tiempo, por lo que se cree de cierta forma que esta especie decidió residir en ese territorio y continuar ahí su escalada evolutiva.

En la actualidad se mezclan con el ser humano base, son transversales económico-socialmente hablando, asumen roles comunes e interactúan con los demás, lentamente intentando someter al resto; pero si usted agudiza su ojo y neura podrá distingir fácilmente una VC.

Cuando se levanta en la mañana la VC siempre está de mal genio, porque tiene que hacer cosas; si estas le gustan o no da lo mismo, está de mal genio porque tiene que hacerlas. Se queja de la hora, del día, de lo que soñó, de las noticas, de los rotos, de los comunistas y de los momios.

Como pasatiempo va al supermercado, donde la podemos encontrar seguido paseando por horas con un carro sobreexplotado colisionando los del resto y bloqueando la entrada de pasillos para provocar atochamientos descomunales; ya en caja gusta de pagar con cheque o "harta moneda", llevar productos sin código de barra, reclamar porque en la góndola el precio de la galleta era $5 mas barato y la están estafando, y que la atención es pésima. Le deja $0 al niño que le empacó las bolsas, porque puso el confort en la bolsa donde había pan. "Niño estúpido".

Para trasladar su humanidad (¿bestialidad?) la VC más ABC1 se monta en autos de gran altura y corpulento parachoque (prefiere el Montero ya que es probable que se lo roben y así el marido tendrá que comprarle uno nuevo) y lo usa como arma de ataque, provocación y amenaza; transita por las pistas rápidas a 20 Km/h en ciudad y a 70Km/h en carretera, mientras se pinta o habla por celular para justificar su osadía; se estaciona atravesada o sobre la división central de dos estacionamientos y si puede raya los vehículos colindantes. Si un cuidador le pide dinero, ella sonríe porque al fin puede lanzar su frase preferida: "aléjese sucio roto ordinario".

Ahora, si ya le robaron el auto, lo chocó, reventó la caja de cambios (le encanta como suena eso) o simplemente si es una VC sin vehículo, no tiene ningún problema en viajar en micro. Ojalá en horarios peak, se sitúa de pie en mitad del pasillo para así impedir el paso del resto de los pasajeros y lograr lo que se llama un "efecto embudo" hacia la parte frontal del bus. Goza escuchando cómo la gente murmura: "vieja culiá". Es por esto que algunas se preocupan de ser excesivamente obesas y apoyar el Transantiago. Si usa el sistema interconectado del Metro se localiza justo donde la puerta abre, cosa de entorpecer las bajadas y subidas. Eso le trastorna. Le fascina el roce violento.

Están entre nosotros. Son repulsivas y les gusta. No deje que se sigan saliendo con la suya, destruyendo nuestra precaria calidad de vida. Cuando vea una VC, cuando reconozca su presencia, no dude en advertir a los demás; señálela, apúntela con su dedo y grite lo más fuerte que pueda: VIEJA CULIÁ!!!