lunes, 5 de noviembre de 2007

Todo Vale

El Chino no era chino pero igual puso un local de comida china. El Flaco no era flaco pero igual iba a comer arrollados todas las noches. El Flaco no era ninja pero un día llegó camuflado de negro, espada desenfundada y ojos furiosos. El Chino no era karateka pero recordó lo que sabía y se lanzó encima, con golpes jamás vistos ni oidos en Occidente. "Me da una porción de arrollado por favor, como siempre". El Chino abrió los ojos y juró que dejaría de comer tanto despues de las ocho.