miércoles, 12 de junio de 2013

Memorice

Despertó y no recordaba nada. 

Creyó estar recostado en un sillón. Apenas podía ver con toda la humedad de lo que parecía una máscara. Intentó sacarla pero sus manos estaban ocupadas: en su derecha aferraba una delgada y tensa cadena de color rojo cuyo final estaba oculto bajo una silla a un costado, y en la izquierda una especie de contenedor verde de un material acartonado. Lo movió y cosas dentro se acomodaron.

Se estaba sofocando. Necesitaba salir de ahí, de esa habitación a la que había llegado sin saber cómo ni hace cuánto. Reconoció lo que aparentemente era la única puerta de acceso, intentó pararse pero las piernas no respondieron. Miró sus pies apoyados sobre la alfombra: estaban morados e hinchados.

Trató de hacer memoria: amigos. Una larga celebración post exámenes. ¿Una apuesta?

Escuchó ruidos detrás de la puerta y le tranquilizó saber que aún conservaba ese sentido. Aguzó el oído y lo que vendría lo horrorizó.

- Papi, papi, ¿donde está mi perrito? Lo quiero ahora, ¡ahora! - dijo una voz chillona.
- Tranquila hija, lo trae un amigo muy especial - respondió un hombre -. Y también traerá tu piñata.
- ¿Tiene billetes dentro? Quiero billetes, como en el cumpleaños de la Sofi donde...
- Hija, cállate, ve y vuelve con tus amigas.

Oyó sus rápidos pasos alejándose a otra sala y luego nuevamente la voz del hombre, vomitando una frase que aún resuena en su cabeza.

- Sabía que no tenía que contratar un estudiante. Mas vale que no cague el disfraz. ¿Dónde mierda se metió ese Barney?.

No hay comentarios: